Los cantores y los músicos fueron designados. En nuestros días, el canto no es un privilegio reservado solo para algunos. ¿No es cierto que a todos nos agrada cantar nuestro agradecimiento y, particularmente en el culto, unir nuestras voces a los cánticos de adoración? (Efesios 5:19; Colosenses 3:16). Ahora David, por mano de Asaf entrega este salmo, el primero, para celebrar a Jehová. Su nombre, sus obras, su gloria, su relación con los santos… ¡cuántos motivos tenía el israelita para bendecirle! (v. 7). Para los que conocemos a Jesús y su obra en la cruz, ¡cuán numerosos son los temas de adoración! Sí, cantemos con entendimiento: meditemos las palabras que pronunciamos. Nuestros himnos, compuestos según la Biblia, desarrollan múltiples aspectos de las glorias del Padre y del Hijo. Es importante y edificante distinguirlos.
¿Qué son los hijos de Dios en comparación con el mundo que los rodea? “Pocos en número, pocos y forasteros” (v. 19). ¿Son miserables? Muy por el contrario: “Gloriaos en su santo nombre”, responde el versículo 10. El nombre de Jesús, así como nuestra relación por medio de él con su Padre, ¡estos son nuestra gloria, nuestra riqueza, nuestro gozo y también nuestra seguridad! (1 Corintios 1:30-31).
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"