Los versículos 24 y 25 del Salmo 68 aluden a la fiesta que tenemos a la vista: “Vieron tus caminos, oh Dios (el andar del Hijo de Dios, representado por el arca)… Los cantores iban delante, los músicos detrás”. Pero, ante todo, el Salmo 132 es el que nos permite conocer los pensamientos de David en esa solemne ocasión. La entrada del arca en su reposo respondía a su más ardiente deseo (Salmo 132:3-5, 8).
¡Es de desear que nuestros corazones también vibren al pensar en el reposo celestial, en el cual Jesús nos precedió! Las promesas del hermoso Salmo 132, van mucho más allá de la escena de nuestro capítulo:
Vestiré de salvación a sus sacerdotes, y sus santos darán voces de júbilo
(comp. v. 27-28; Salmo 132:16).
“Bendeciré abundantemente su provisión; a sus pobres saciaré de pan” (comp. cap. 16:3; Salmo 132:15).
Los redimidos del Señor son llamados a expresar su gozo y su alabanza desde antes de llegar al reposo celestial. Ya en la tierra poseen un centro de reunión: Cristo. Son establecidos para servir, recordar, celebrar y alabar (cap. 16:4) al Padre y al Hijo.
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"