Abordamos ahora los libros de Samuel. La época de los jueces todavía no ha terminado y veremos aún a dos más, Elí y Samuel, antes de comenzar el período de los reyes. Como lo hizo con Sansón, Dios nos presenta la familia en la cual va a nacer Samuel. Elcana, levita, habitaba en el monte de Efraín (1 Crónicas 6:33-38). Tenía dos mujeres: Penina y Ana, lo que no era según el pensamiento de Dios. Observemos, pues, las consecuencias en esa casa: continuas disputas, al punto que se llama a Penina la “rival” (o enemiga) de Ana (v. 6). En lugar de consolarla porque no tiene el hijo que desea, no deja de irritarla. ¿Enemigos en una familia? ¡Qué tristeza! ¿Qué tal andan nuestras relaciones con nuestros hermanos y hermanas?
Cada año, Elcana subía con su familia a Silo, lugar en que Jehová había puesto la memoria de Su nombre. Allí se hallaban el arca y los sacerdotes. Esta vez, Ana trae su aflicción y la expone a Dios en oración (v. 10). ¿No era lo mejor que podía hacer? Imitémosla en lugar de responder a los que nos causen tristeza. Nos oirá el
Dios de toda consolación
(2 Corintios 1:3).
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"