Cuando la Iglesia sea quitada de esta escena, “la hora de la prueba” vendrá “sobre el mundo entero” (Apocalipsis 3:10). Un residuo creyente de Israel atravesará esta gran tribulación. Lo podemos reconocer en las palabras dirigidas por Jacob a Gad. Benjamín nos habla del rey (Cristo) que inaugura su reinado después de la destrucción de sus enemigos, mientras que Aser y Neftalí representan al pueblo que por fin será bendecido por el establecimiento del reino.
Aun sabiendo que en ese momento ya no estará en la tierra, el hijo de Dios (el creyente) se interesa por estos temas y se regocija pensando que el verdadero José, Cristo, quien fue odiado y rechazado, tendrá el poder supremo y será una bendición para el mundo entero.“Rama fructífera es José… cuyos vástagos se extienden sobre el muro” (v. 22), más allá de los límites de Israel. La bendición se extenderá a las naciones ajenas a las promesas. Así Jesús, el verdadero José, fue “apartado de entre sus hermanos” (literalmente: nazareno) (v. 26). Antes “le causaron amargura… y le aborrecieron” (v. 23); ahora Dios
Le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre.
(Filipenses 2:9-10)
Lector, este nombre puesto aparte, este nombre de Jesús, Dios salvador, ¿es grande para usted?
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"