Después de la muerte de su padre, a José todavía le está reservada una pena. Sus hermanos dudan de su amor. Piensan que, desaparecido Jacob, ahora José se va a vengar. ¡Con qué ternura los tranquiliza, les explica el pensamiento de Dios y les confirma su promesa de sustentarlos, junto con sus nietos! Muchos cristianos se parecen a los hermanos de José. No se atreven a creer que están enteramente perdonados (1 Juan 4:18). De una manera general, ¿no ponemos en duda el amor del Señor, del cual, sin embargo, nos ha dado tantas pruebas? Su corazón es infinitamente sensible a esa falta de confianza. Es como si nos dijese:
¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido?
(Juan 14:9)
Al terminar el estudio del Génesis comprobamos que casi todos los misterios de Dios se encuentran bosquejados. Pero, antes de que el libro se termine, oímos el ciertamente de la fe (v. 24). “Dios ciertamente os visitará” son las últimas palabras de José a sus hermanos, el único de todos sus actos que nos es relatado en Hebreos 11:22. Aún en medio de la abundancia y del bienestar de Egipto, considera la salida de sus hermanos y el traslado de sus huesos a Canaán. ¡Imitemos la fe de José!
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"