La progresiva revelación de Dios

Los principales nombres de Dios en el Antiguo Testamento

En esta revelación progresiva, Dios toma nombres relacionados con ella. En toda la Palabra, el nombre es la persona (comp. Mateo 18:20; 1 Juan 5:13). Sus nombres, pues, forman parte integrante de su revelación. Vale la pena considerar al menos los más esenciales con los cuales él se dio a conocer.En esta revelación progresiva, Dios toma nombres relacionados con ella. En toda la Palabra, el nombre es la persona (comp. Mateo 18:20; 1 Juan 5:13). Sus nombres, pues, forman parte integrante de su revelación. Vale la pena considerar al menos los más esenciales con los cuales él se dio a conocer.

Elohim

El Génesis se abre majestuosamente con estas palabras:

En el principio creó Dios (Génesis 1:1).

Aquí es Elohim (plural de Eloah, el Fuerte, sobre todo en Job), el Dios supremo, la deidad en sentido absoluto. La palabra Elohim está en plural, pero el verbo “creó” en singular, lo que de entrada constituye una alusión a la Trinidad, la cual solo será revelada plenamente en el Nuevo Testamento. En efecto, Dios habla en plural: “Hagamos… nuestra… nuestra” (Génesis 1:26; 3:22). Elohim vuelve a aparecer alrededor de dos mil trescientas veces en el Antiguo Testamento.

Yahveh

Yahveh, traducido por Jehová (el Eterno) se encuentra unas seis mil quinientas veces en el Antiguo Testamento. La esencia misma de Dios es, en el original, designada por el tetragrama sa­grado YHVH, nombre que los judíos ni siquiera pronunciaban; para escribirlo, los rabinos de­bían lavarse y tomar cada vez una pluma nueva.

En el pueblo terrenal de Dios se hablaba de “Adonai” (el Señor), al cual se habrían introducido las vocales en YHVH para formar Yahveh, más tarde transformado en Jehová, nombre de Dios que se encuentra en varias traducciones de la Biblia en nuestra lengua (así como su abreviatura JAH).

Yahveh es aquel que es, que vive, que existe en sí mismo, pero que se revela. “Yo soy” (Éxodo 3:14) es la primera persona de la raíz (HVH=ser) del nombre Yahveh.

Yahveh-Elohim, el Eterno Dios, designa (por ejemplo en Génesis 2:4 y 3:8) a Dios en relación con el hombre, el Dios del pacto y de la redención (Génesis 3:21; Éxodo 3:13-17; 6:2-4, 8).

Yahveh es su nombre de relación especial con Israel, el “Yo soy el que soy” de Éxodo 3:14, precisado en 6:2-3: “Yo soy Jehová (el Eterno). Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente (El-Shaddai), mas en mi nombre Jehová no me di a conocer a ellos”. Nótese que, si bien Dios es llamado Jehová (el Eterno) desde el principio del Génesis, ése no era su nombre de revelación para la época, sino aquel del cual el escritor (Moisés) se servía para hablar de Él.

A todo lo largo del Antiguo Testamento se encuentran varios nombres con los cuales Dios se revela, los que están compuestos con Yahveh. Por ejemplo: Jehová-jiré en Génesis 22:14 (el Eterno proveerá); Jehová-sama en Ezequiel 48:35 (Jehová allí).

Adonai

El Señor, el Amo, se encuentra cuatrocientas veintisiete veces en el Antiguo Testamento, algunas de ellas en forma compuesta: Señor Jehová (Génesis 15:2, 8; Daniel 9; etc.)

Ése era el nombre usual entre los judíos, el cual subrayaba la soberanía de Dios: el hombre es su «vasallo»; le pertenece a él como Amo, le obedece y depende de él. Ese nombre corresponde en el Nuevo Testamento a Kurios=Señor (Filipenses 2:11), de quien Pablo se llama “siervo” o esclavo (Filipenses 1:1).

El-Shaddai

“Dios Todopoderoso (u Omnipotente). Dios se reveló así a Abraham (Génesis 17:1), luego a Isaac (28:3) y finalmente a Jacob (35:11). Este último había preguntado al Hombre que había luchado con él en Peniel cuál era su nombre, sin obtener respuesta (32:29). Fue preciso que primeramente él se reconciliara con su hermano Esaú (Génesis 33) y que quitara los dioses ajenos que su familia había conservado desde su estadía en casa de Labán (35:4). Entonces sube a Bet-el, donde Dios se le había aparecido cuando huía; allí Dios se le aparece de nuevo a su regreso, le bendice y se le revela como el Dios omnipotente (v. 11).

En el libro de Job, ese nombre de Todopoderoso u Omnipotente se repite treinta y una veces. Era Su relación con los patriarcas. Dios se lo recuerda a Moisés, en Éxodo 6:3. En ese momento, como señal de su pacto con su pueblo, al que va a tomar –dice él– “por mi pueblo y seré vuestro Dios”, adopta el nombre de Jehová (el Eterno, YHVH, como lo hemos visto). Él repetirá a lo largo de los libros de Moisés: “Yo soy Jehová”.

Elión

El Altísimo es el nombre que fundamentalmente Dios toma para aquellos a quienes se revela, pero que no son de Israel. Por ejemplo, de Melquisedec dice que es “sacerdote del Dios Altísimo” (Génesis 14:18). Ese personaje misterioso se le aparece a Abraham cuando éste volvía de derrotar a los reyes, y le bendice de parte del Dios Altísimo. Abraham se siente así fortalecido en su fe. Entonces, cuando el rey de Sodoma le dice: “Dame las persona1 , y toma para ti los bienes” (v. 21), el patriarca puede rehusar resueltamente esa proposición. Ello constituye una enseñanza muy importante para los padres de familia a quienes el enemigo les susurrara: «Con tal que tú consigas los bienes, qué importan tus hijos», dando por sobrentendido: «¡Yo tendré sus almas!»

  • 1Literalmente: almas.