La comunión íntima de Jehová es con los que le temen…
(Salmo 25:14; leer también Amós 3:7)
Abraham es uno de ellos. “Porque yo le he conocido” (v. 19, V. M.), puede decir Dios, ¿le esconderé lo que voy a hacer? El conocimiento de los pensamientos de Dios es inseparable de una marcha fiel. Dios sabe que el único efecto de sus comunicaciones consiste en producir en el corazón del hombre de Dios sentimientos idénticos a los Suyos: la compasión, el deseo de arrebatar del espantoso juicio a aquellos a quienes él ama.
Queridos amigos cristianos, nosotros que conocemos por la Palabra de Dios la condenación del mundo y la inminencia de su juicio, ¿estamos motivados por esos sentimientos, pensando en el terrible destino de innumerables almas perdidas por la eternidad? En nuestras familias, entre nuestros compañeros o colegas de trabajo hay personas inconversas. ¿Qué podemos hacer por ellas? Sin duda, advertirlas, pero también interceder con insistencia, como Abraham lo hace por Sodoma, donde se encuentra Lot, su hermano (comp. Jeremías 5:1). 1 Timoteo 2 nos invita a suplicar por todos los hombres, dirigiéndonos a Aquel que por experiencia conocemos con el bello nombre de “Dios nuestro Salvador”, que “quiere que todos los hombres sean salvos”.
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"