Este capítulo confirma la declaración de Isaías a propósito de tales hombres:
Sus pies corren al mal, se apresuran para derramar la sangre inocente; sus pensamientos, pensamientos de iniquidad; destrucción y quebrantamiento hay en sus caminos
(Isaías 59:7, citado en Romanos 3:15-19).
Hoy en día, ¿han cambiado las cosas en el mundo? ¡En absoluto! La política de los hombres sigue estando caracterizada por la violencia, la mentira y la agitación. "¿Iré a agitarme” por ellos? (v. 9, 11, 13, versión francesa de J. N. Darby).
Era la pregunta hecha por Jotam en su parábola. Habría podido tomar partido contra Abimelec, para vengar a sus hermanos asesinados. ¡Pero se cuida de hacerlo! Lejos de los disturbios y de las intrigas, espera apaciblemente en Beer la liberación de Jehová (v. 21; véase Números 21:16). Y así como vimos a los enemigos matarse unos a otros en el campamento de Madián, ahora Abimelec y los hombres de Siquem se destruyen mutuamente. El uno es para el otro como fuego devorador. Así se realiza lo que Jotam había predicho (v. 20) y, al mismo tiempo, se cumple lo que se ha comprobado en toda la historia humana: “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gálatas 6:7; véase también cap. 5:15).
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"