Invitado a no olvidar sus faltas pasadas, Israel podía asociar a ello otro recuerdo: el del fiel abogado que se había mantenido en la montaña intercediendo por él. Moisés es mencionado de modo especial en el Salmo 99:6 entre aquellos que invocaban a Jehová y él les respondía. ¡Qué suplicas más fervientes hizo subir hacia Dios, tanto por el pueblo como por Aarón su hermano! He aquí dos temas urgentes de oración para nosotros: por una parte la asamblea, y por la otra los miembros de nuestra familia. El mismo Salmo 99 confirma la eficacia de la oración de fe:
Tú les respondías; les fuiste un Dios perdonador.
(v. 8; Santiago 5:16)
Regocijémonos al comprobar cómo en este Salmo también se nombra a Aarón. A él no solo le fue perdonada su grave falta, sino que también pudo llegar a ser, a su vez, un intercesor (Números 16:47). Cuando hemos aprendido una lección por nuestra propia experiencia, somos capaces de ayudar a los demás. Así sucedió con Pedro. Cuando le anunció que había orado por él, el Señor añadió estas palabras:
Y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
(Lucas 22:32)
¡Qué felicidad, amados hermanos, poder contar con la presencia de un intercesor divino que se dirige al Padre en favor de cada uno de nosotros!
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"