Desde hace mucho tiempo el viento del desierto ha borrado las pisadas del largo peregrinaje. Pero en el Libro de Dios cada paso ha sido anotado:
Salieron… y acamparon… salieron… y acamparon.
(v. 5-49)
Unos pocos versículos rápidamente leídos resumen cuarenta años y un número igual de etapas, de las cuales muchas no son mencionadas sino aquí. Pero aunque no sepamos nada más, a Dios le pareció bien inscribir cada nombre en su santo Libro, como para recordarnos este versículo conmovedor:
¿No ve él mis caminos, y cuenta todos mis pasos?
(Job 31:4)
Para nosotros también, el tiempo ha borrado el recuerdo de la mayor parte de nuestro pasado. ¿Podríamos contar todo lo que hicimos ayer sin olvidar ni el más mínimo detalle? Ciertamente no, pero el Señor lo sabe todo. Nada se le ha escapado. Existe como una especie de película de nuestra vida. En el “tribunal de Cristo” (2 Corintios 5:10) esta será proyectada ante nuestros ojos en la plena luz de Dios. ¡Qué pensamiento más serio! Si ello sucediera ahora, ninguno de nosotros podría soportarlo. Pero estando cerca de Jesús, no conoceremos la vergüenza ni tendremos temor de ningún juicio. Allí solo habrá sitio para el sentimiento indecible de la grandeza de su gracia, fuente de una eterna adoración.
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"