Evitar el país de Edom

Números 20:14-29

Para trasladarse del desierto a las llanuras del Jordán, rodeando el Mar Muerto, es necesario atravesar Seir, la tierra de Edom. Recordando su afinidad con ese pueblo (Esaú, antepasado de Edom, fue hermano de Jacob), Israel le pide permiso para pasar. Pero Edom responde seca y amenazadoramente. ¡Qué dureza de corazón! La fatiga de su hermano (v. 14) lo deja insensible. El egoísmo y el temor a ser molestado pueden más que cualquier otro sentimiento. Edom con su rey representan al mundo y su príncipe; estos quieren impedir que los hijos de Dios alcancen el cielo, su morada.

¡Es bella la petición de Israel! Atestigua su condición de antaño y lo que Dios ha hecho por él. Dice a Edom que no necesita nada; tan solo pasará “a pie” sin pedir nada a nadie. Ni los campos, ni las viñas (para nosotros, los asuntos de la vida y los goces del mundo), ni los pozos de Edom pueden atraer ni desviar a un pueblo que va camino a su patria, ya que ha vuelto a encontrar la roca.

Tal como Jehová lo había anunciado en el versículo 12, Aarón muere antes de entrar en Canaán, y su sucesión es asegurada por su hijo Eleazar.

Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"