Se está a punto de dar vuelta a la página. Los espantosos reinados de Manasés y Amón condujeron a que Jehová tomase una decisión irrevocable respecto de Judá. Pero, ¡cuán precioso es ver la gracia que en este período final produce un despertar como el de Josías!
El juicio del mundo actual también está a la puerta. Todo lo deja prever. Sin embargo, aun en tiempos como estos, el Espíritu de Dios se complace en suscitar despertares aquí y allá. Y ante todo, él desea producir un despertar en cada uno de nuestros corazones.
Esta Pascua recuerda los días de antaño; no solo los de Salomón y David, sino los antiguos tiempos de Samuel. Todo se hace con orden; cada uno está en su lugar; se ejercita el amor fraternal. Es una escena que brilla tanto más, por cuanto se halla intercalada entre los impíos reinados de los precedentes reyes y la decadencia final que va a seguir.
El fin de Josías no está a la altura del resto de su carrera. Al igual que Ezequías, tropieza en sus relaciones con los poderes políticos de su tiempo. Pese a una advertencia, que viene de Dios mismo, se opone al Faraón y halla la muerte en una batalla que no debió dar.
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"