Josías significa: “Aquel de quien Dios tiene cuidado”. Todos tendríamos el derecho de llevar este hermoso nombre. Acompañado desde su nacimiento por esos cuidados de Jehová, Josías empieza a buscarle a la edad de dieciséis años. Entonces emprende la gran obra del despertar considerada en 2 Reyes 22 y 23.
Dieciséis años, quizá sea la edad de algunos de nuestros lectores. Ya no son niños; la vida se abre ante ellos con todas sus posibilidades. La juventud es un precioso capital que Dios les da. ¿Cómo van a emplearla? Algunos la derrochan locamente y más tarde cosechan amargos frutos. Otros, más prudentes a los ojos de los hombres, la consagran para obtener un ventajoso lugar en la vida. Finalmente otros, los más sabios, hacen como Josías. Buscan primeramente al Señor, después ponen todo de acuerdo con Su voluntad (Mateo 6:33). La ley fue hallada en el templo, en el transcurso de las obras. Josías hace que el pueblo en su conjunto la aproveche; pero, mala señal, debe obligarlo a servir a Jehová (v. 33). La obediencia al Señor, ¿no debería surgir de nuestro amor por él? “Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón”, decía Moisés al pueblo en el momento en que les daba este libro (Deuteronomio 6:6).
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"