En una corta parábola del evangelio según Marcos, el Señor se presenta como un amo que ha dejado su casa después de haber asignado trabajo a sus siervos. Ha dejado “a cada uno su obra…” (Marcos 13:34). La naturaleza de esa obra no es precisada, excepto la del portero. En su ausencia, el Señor preparó una tarea para cada uno de los suyos, según su edad y sus capacidades. En otra parábola –la de los talentos– vemos que el amo, a su regreso, pide cuentas a sus obreros. Algunos recibirán una recompensa y otros serán avergonzados (Mateo 25:14-30). ¿Cada uno de nosotros habrá hecho lo que el Señor esperaba de él?
La lectura de hoy nos enseña que muchas ofrendas llegaron demasiado tarde. El momento de cumplir un servicio, de llevar una ofrenda, había pasado. Lo que no hacemos inmediatamente, con frecuencia ya no sirve en el momento en que por fin nos decidimos a hacerlo: es demasiado tarde; se ha perdido la ocasión. ¡Esta es una importante lección para nosotros!
“Quedó formado un tabernáculo”, concluye el versículo 13, “un cuerpo”, afirma Efesios 4:4. A pesar de la división de la cristiandad en múltiples denominaciones, así es cómo Dios considera a su Iglesia.
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"