La muerte de Joiada marca un cambio negativo en el largo reinado de Joás. El segundo libro de las Crónicas nos relata su triste fin. Pero aquí, hasta el versículo 16, se desarrolla la parte feliz de su vida. Una única cosa parece llenar el corazón del rey: la restauración de la casa de Jehová. Desde los días de Salomón, el templo se había deteriorado. Joás, criado por los sacerdotes en las cámaras contiguas al santuario, ha guardado desde su tierna infancia un profundo interés por esta casa. Al mismo tiempo, ha tenido la ocasión de conocer cada grieta de ella. Y ustedes, jóvenes educados en las verdades concernientes a la Asamblea (Iglesia): ¿tiene esta un gran lugar en sus corazones? Sin duda, también conocen algunas de sus grietas: disconformidad, relajamiento, falta de celo, mundanería… Entonces, ser como Joás, “reparador de portillos” (Isaías 58:12), ¿no es un hermoso y deseable servicio? Incluso un joven puede aprenderlo. ¿Cuáles son los materiales que es necesario saber emplear hábilmente?: el amor, la benevolencia, la dulzura, el saber soportarse y el inestimable “vínculo de la paz” (Efesios 4:2-3).
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"