Ya no son tablas de madera, como en el tabernáculo, sino piedras las que se necesitan para construir la nueva casa. Es una hermosa imagen de los creyentes, estas “piedras vivas” que son edificadas como “casa espiritual” (1 Pedro 2:5). En el versículo 7, leemos que las piedras habían sido enteramente preparadas antes de ser transportadas. El mundo es «la cantera» de donde se extraen los redimidos y donde todavía son objeto de un paciente trabajo de Dios, antes de estar aptos para ser introducidos en la Casa de gloria. Tal es nuestra presente condición.
Además del lugar santo y del lugar santísimo, el templo tiene cámaras laterales que no existían en la casa del desierto. Están reservadas a los sacerdotes. Es una ilustración de las “muchas moradas” preparadas por el Señor en la casa del Padre, a fin de que estemos con él. Las piedras labradas y las cámaras dispuestas nos hablan del Señor, quien preparó y prepara aún hoy a los suyos para ocupar un lugar en la Casa del Padre. Es la enseñanza del capítulo 13 de Juan. Pero también preparó el lugar para los suyos; esto lo vemos en el capítulo 14 del mismo evangelio. Es el perfecto trabajo del amor de nuestro Señor Jesús.
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"