Mientras todo iba bien para el rey y su entorno, era imposible distinguir los que estaban verdaderamente apegados a David de quienes se quedaban con él por simple interés personal. Ahora la prueba muestra lo que hay en los corazones y los separa. Unos siguen a Absalón (v. 13), los otros a David (v. 18). La neutralidad ya no es posible.
¿Ya hemos pensado en lo que haríamos si mañana los cristianos fueran perseguidos, castigados con prisión o muerte, como lo fueron en otros tiempos, y como lo son todavía en algunos países? Entonces, se vería si verdaderamente amamos al Señor Jesús y si le seguimos, no solo cuando el camino es fácil, sino también cuando se debe dejar todo y soportar todo para permanecer con él. Itai era un extranjero que había venido hacía poco junto al rey. A menudo se ha visto a recién convertidos, salidos de ambientes en que hay poca luz, desplegar una gran fe y una gran abnegación. Pero también sucede lo contrario: cristianos de quienes se esperaba mucho a causa de sus conocimientos y su educación, retrocedieron en el momento de la prueba. ¡Es de desear que todos nos parezcamos a Itai, geteo!
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"