Nueve plagas se han sucedido en el país de Egipto. Falta la décima, más terrible que todas las anteriores. Está precedida por una nueva propuesta de Faraón:
Id, servid a Jehová; solamente queden vuestras ovejas y vuestras vacas.
(v. 24)
Eso equivalía a impedir al pueblo que ofreciera sacrificios y holocaustos. En esa propuesta reconocemos bien los esfuerzos de Satanás para privarnos del que fue el Sacrificio perfecto. Intenta impedir que gocemos de Cristo, en particular cuando acudimos al culto para presentarlo al Padre. Desgraciadamente, con frecuencia consigue su fin. Entonces se produce una pérdida para nosotros, pero, lo que es peor, Dios se ve privado de la preciosa ofrenda que esperaba de sus redimidos. Y, de una manera más general, la respuesta de Moisés nos recuerda que Dios tiene derechos no solamente sobre nosotros, sino también sobre todo lo que poseemos.
Moisés sale “muy enojado” (v. 8). Repetidas veces veremos así a este varón de Dios, quien, sin embargo, era “muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra” (Números 12:3; ver Éxodo 16:20; 32:19; Levítico 10:16; Números 16:15; 31:14). Pero en ese momento se trataba de la gloria de Dios y del bien de su pueblo. Nuestras cóleras, ¿tienen con frecuencia este motivo?
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"