Faraón reconoce:
He pecado.
(cap. 9:27)
¿Es ese un verdadero arrepentimiento? No; apenas cesa el granizo continúa pecando (v. 34) y voluntariamente endurece su corazón. Entonces, a partir de ese momento, será Jehová quien endurezca el corazón del rey (v. 1). ¡Cuán solemne es esto! Dios habla una vez, dos veces (Job 33:14) y con frecuencia más. Pero su paciencia tiene un límite. Lector, ¿cuántas veces le ha hablado Dios? He aquí las langostas que amenazan a un Egipto ya arruinado. José había salvado al país y Faraón lo arruina. Igualmente Satanás arrastra al mundo a su perdición.
Ahora se le hace a Moisés una nueva proposición: solo los adultos irán a celebrar la fiesta. Los niños se quedarán en el país. De igual manera Satanás procura retener las almas por medio de los afectos naturales, los lazos familiares. Pero volvamos a leer la bella e importante respuesta de Moisés en el versículo 9. Ningún miembro de la familia de la fe, aunque sea pequeño, debe quedar en poder del enemigo. No piensen, queridos jóvenes amigos, que el cristianismo es asunto de sus padres solamente. El hogar cristiano forma un todo; por eso se les pide a ustedes que sigan los principios de él, que observen sus costumbres y sus abstenciones, incluso si aún no han comprendido personalmente el valor y la necesidad de todo ello.
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"