Bajo la orden de Jehová, Aarón extiende su mano y ahora suben ranas que invaden el país. Moisés ha dejado de discutir las órdenes de Dios. Muestra una plena seguridad en Aquel que lo ha enviado y se compromete al decir a Faraón:
Dígnate indicarme cuándo debo orar por ti.
(v. 9)
“Auméntanos la fe”, pidieron los apóstoles al Señor (Lucas 17:5). Esta debería ser también nuestra oración.
Después de las ranas, los piojos (o mosquitos, N.C.) llenan el país de Egipto. Los hechiceros –quienes por dos veces habían imitado a Aarón– esta vez no pueden hacerlo. Su locura es hecha manifiesta. 2 Timoteo 3:8 nos da sus nombres: Janes y Jambres. Representan a los cristianos que solo lo son de nombre, aquellos que tienen la forma de la piedad sin la fe verdadera. Para ser cristianos no es suficiente imitar lo que hacen los verdaderos hijos de Dios. Podemos asistir a las reuniones, leer la Biblia, hacer muchas obras buenas… y no ser cristianos en absoluto. Nada es más fácil que fingir que pertenecemos al Señor, engañando a los demás y quizás engañándonos a nosotros mismos. Amigo, ¿tiene usted la verdadera fe o solo su apariencia? Su destino eterno depende de ello.
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"