En Israel, cuando se segaba, los rincones del campo debían ser dejados al pobre, al extranjero o a la viuda que llegaran a espigar (Levítico 23:22; Deuteronomio 24:19). Rut tiene, por consiguiente, un triple título para aprovechar esa disposición de la gracia.
Espigar nos habla de la actividad necesaria para que nuestra alma sea alimentada de lo que el Señor nos da. A menudo esto ocurre por medio de siervos de Dios que nos ayudan a comprender mejor sus pensamientos. Esto exige cierto esfuerzo, pero el Señor, el verdadero Booz, es dadivoso y dará
Medida buena, apretada, remecida y rebosando…
(Lucas 6:38).
Rut desgrana su cosecha y la trae a casa. Dejemos que los nuestros aprovechen lo que el Señor nos ha hecho gozar en su Palabra.
Hemos notado la abnegación de Rut con respecto a Noemí. ¡Admiremos ahora su sumisión a ella! Jóvenes cristianas, ¡qué ejemplo les da Rut! Ella hace todo lo que le aconseja Noemí, quien, por su lado, piensa en el descanso y la dicha de su “hija” (cap. 3:1). ¿Dónde hallar ese reposo y esa felicidad sino a los pies de Booz, figura de uno más grande que él? ¡Cuántos han venido a Jesús, cansados y cargados y han hallado “descanso para sus almas”! (Mateo 11:28-29).
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"