Recordemos que la mayoría de los pensamientos y de las máximas contenidas en este libro de los Proverbios tienen entre sí vínculos que es importante establecer para extraer sus enseñanzas.
“Del hombre son las disposiciones del corazón” declara el versículo 1. “El corazón del hombre piensa su camino” prosigue el versículo 9. Y estos proyectos, estos designios pueden parecer limpios (v. 2) y rectos (v. 25) a todo aquel que no conoce su corazón ni juzga sus motivos. Por ejemplo una limosna, cosa buena en sí, puede ser hecha para ser vista de los demás (Mateo 6:1). Pero Dios, quien pesa los espíritus y los corazones (cap. 21:2) discierne en nuestras intenciones tal camino de perversidad o de muerte (v. 25; Salmo 139:24). Sigamos el consejo del versículo 3 y encomendémosle nuestros asuntos, pequeños o grandes (Job 5:8). Dejarle obrar, trazar nuestros caminos, dictar nuestras palabras, esto es dependencia, actitud que le agrada al Señor y garantiza nuestra seguridad.
Los versículos 10 a 15 nos enseñan lo que conviene a los reyes. A propósito de esto, recordemos la dignidad a la cual la gracia del Señor nos ha hecho acceder (Apocalipsis 5:10). Nobleza obliga, se dice a veces (comp. Isaías 32:8). La justicia y la rectitud deben caracterizar a los coherederos del reino.
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"