Devolver bien por mal: eso es lo que José hace con sus hermanos. Es lo que el Señor nos enseña (Mateo 5:44), en fin, es la mejor forma de ganar el corazón de alguien.
Los hermanos creían llevar lo mejor de lo que tenían (cap. 43:11): un poco de bálsamo, un poco de miel. Pero ahora pueden ver la insignificancia de ello. Faraón personalmente les promete lo mejor del país, diciéndoles al mismo tiempo:
No os preocupéis por vuestros enseres.
(v. 20)
La presencia del Señor y el goce de sus glorias están ante nosotros. Las cosas de la tierra que tengamos que abandonar por Él carecen de valor en comparación con aquello (Marcos 10:29-30). Tenemos una prueba de que Jesús está vivo, glorioso y nos espera en el cielo: nos ha enviado el Espíritu Santo, prenda o garantía de nuestra herencia (Efesios 1:14). Observemos que José no solamente da a sus hermanos un país donde morar, sino también lo necesario para el camino que les conduce a él. ¿Carros? Jesús se hace cargo de nosotros. ¿Alimentos? Su Palabra es nuestra comida. ¿Vestidos? Cristo puede y debe ser visto en nosotros (Gálatas 3:27). Por último, la exhortación de aquel que conoce muy bien a sus hermanos:
¡No riñáis por el camino!
(v. 24)
¿Tenemos nosotros menos necesidad de ella?
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"