Cuidado de Dios, incredulidad del pueblo

Salmos 78:17-39

¿Cómo respondió el pueblo de Israel a las maravillosas obras de Dios? (v. 11). Mediante el olvido y “las obras de la carne”, de las que la epístola a los Gálatas nos hace una triste enumeración en el capítulo 5:19-21. Este capítulo 5 nos recuerda que los creyentes fueron liberados de la servidumbre como Israel fue liberado de la esclavitud de Egipto. Pero la libertad en la que ahora estamos colocados no debe ser una ocasión para que la carne obre a su antojo. Por eso, el apóstol agrega:

Andad en el Espíritu y no satisfagáis los deseos de la carne
(Gálatas 5:1, 13, 16, 25).

Los versículos 17 y siguientes de este salmo nos muestran cómo estos deseos se han despertado en el corazón del pueblo. El maná (figura del Señor y de su Palabra) dejó de bastarle (v. 23, 24; ver Números 11:4 y sig.). Al mismo tiempo se manifestó la incredulidad (v. 22). Pese a haber sido testigo del poder de Dios, Israel no temió tentarle al decir: “Dios… ¿podrá poner mesa en el desierto?” (v. 19; comp. 2Reyes 7:2). A nosotros también, queridos amigos, el Señor nos ha abierto ampliamente “las puertas de los cielos” para bendecirnos (v.23). Respondámosle siempre con más confianza y gratitud.

Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras