El largo Salmo 78 recuerda esas maravillas (v. 4, 12) ejecutadas a favor de los suyos por “el Dios que hace maravillas” (Salmo 77:14). El pueblo es invitado a prestar oídos a ese relato que le es dado para instruirlo (la palabra “Masquil” que está en el título significa: para instruir). En cuanto a nosotros, los creyentes, sabemos que esta historia de Israel también fue escrita
Para amonestarnos a nosotros
(1 Corintios 10:11);
es una clase de vasta parábola (relatando hechos acontecidos realmente) según el versículo 2 de este salmo, al que el evangelista Mateo coloca en la boca del Señor (cap. 13:35).
Finalmente, los versículos 4 y 6 nos muestran que el recuerdo de esas maravillas del pasado, enumeradas en los versículos 12 a 16, se dirigen muy particularmente a la nueva generación con un triple propósito bien definido por el versículo 7: llevar a esos “hijos” a que pongan en Dios su confianza, para que no se olviden de Sus obras y para que guarden Sus mandamientos. ¿No es lo que Él esperaba también de nosotros? Pidámosle al Señor que nos guarde de ser, como Israel en el desierto, “una generación contumaz y rebelde…” y cuyo espíritu no fue fiel para con Dios (v. 8; Ezequiel 20:18). Sepamos dejarnos enseñar por las experiencias del pasado: estas cosas que “hemos oído y entendido; que nuestros padres nos las contaron” (v. 3).
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"