El libro de Josué se divide en dos partes, cada una de las cuales contiene doce capítulos. La primera, que terminamos hoy, describe la conquista de Canaán por Israel; la segunda (cap. 13-24) relata principalmente el reparto de la tierra entre las tribus. La conclusión de la primera parte: “y la tierra descansó de la guerra” (cap. 11: 23), es seguida en el capítulo 12 por una larga relación de los reyes abatidos. Dos de ellos cayeron antes del Jordán: Sehón y Og, pero treinta y uno fueron vencidos dentro del país. Anima ver que Dios mismo ha hecho esta recapitulación, lo cual prueba que no ha olvidado ninguna victoria lograda con él y sabe que cada una de ellas representa esfuerzos y renuncias. ¡Tengamos ánimo, soldados de Jesucristo! En nuestros combates un Árbitro soberano anota los puntos sin error posible: el rey de Hebrón: uno, el rey de Jarmut: uno, el rey de Laquis: uno…
¡Que el Señor nos conceda la gracia de estar cada uno en su puesto, cual fieles combatientes! Pronto llegará el momento de deponer las armas y disfrutar junto a Jesús el reposo celestial. Sí, que nos sea permitido decir como el apóstol: “He peleado la buena batalla”, y recibir la corona prometida “al que venciere” (2 Timoteo 4:7; Apocalipsis 2 y 3).
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"