Pese al compromiso que el pueblo había contraído (cap. 10:31), el reposo del sábado ya no era respetado. Nehemías toma las más enérgicas medidas para remediar esa situación.
Queridos hijos de Dios, ¿no deberíamos darle por lo menos tanta importancia al día del Señor como Israel a su sábado? Por cierto, no estamos bajo la ley. Pero es triste que el domingo pueda ser considerado por algunos cristianos como un simple día de reposo o de ocio. ¡O que sea empleado para un trabajo escolar que se podría haber terminado en la víspera!
Por contraste, ¿en qué nos hacen pensar esas puertas que era necesario cerrar durante la noche para protegerse de los peligros del mundo exterior? ¿No nos dirigen una vez más hacia la santa ciudad de la cual está dicho:
Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche… No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira?
(Apocalipsis 21:25, 27).
Ahora la cortina de la historia cae sobre Israel. Solo se levantará cuatro siglos más tarde (exactamente cuatrocientos cuarenta años) para dar paso a su Libertador y Mesías en la primera página del Nuevo Testamento.
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"