Embriaguez de Noé y sus consecuencias – Dispersión de los pueblos

Génesis 9:20-29 – Génesis 10:1-32

Las más bellas experiencias de la potestad y del amor de Dios no tienen poder para mejorar al hombre (cap. 8:21). Establecido por Dios para gobernar la tierra, Noé da la prueba de que no sabe gobernarse a sí mismo. Cam, quien “escarnece a su padre” (Proverbios 30:17) y se divierte con el pecado, como el mundo lo hace actualmente, atrae la maldición sobre sus descendientes, los cananeos. Varias naciones nacidas de Cam y mencionadas en este capítulo se convertirán en enemigos del pueblo de Dios: Babilonia (Sinar), Egipto (Mizraim), Ninive, los filisteos y los cananeos, cuyo país será dado por heredad a Israel. Sem y Jafet honraron a su padre y prosperarán en la tierra (Efesios 6:2, 3).

Este capítulo 10 nos revela el origen de las naciones del mundo (leer Deuteronomio 32:8). Para conocer y apreciar una cosa bajo su verdadero carácter, es necesario remontarse a su origen. Babel (Babilonia) y Assur (Asiria) tienen como principio el reino de Nimrod. Este nombre significa «rebelde», lo que se ve confirmado por sus actos. En él vemos al hombre que comienza a asolar la tierra, haciendo reinar el miedo y el sufrimiento al matar, por placer y para afirmar su poder, a los animales que Dios había dado para alimento (cap. 9:3).

Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"