Este corto capítulo tiene solamente buenas cosas que decirnos de Jotam, hijo y sucesor de Uzías. Aunque él también se hizo fuerte (v. 6), supo sacar provecho de la terrible lección recibida por su padre, como lo subraya el versículo 2. ¡Es una señal de sabiduría! Si nos dejamos instruir por la experiencia de otro, evitaremos tener que pasar por la misma dolorosa lección. Jotam triunfa sobre los hijos de Amón. ¿Cuál es su secreto? Retengámoslo si deseamos adquirir esta fuerza divina: “Ordenó sus caminos delante de Jehová su Dios” (v. 6, V. M.) Ordenar sus caminos es poner su andar de acuerdo con las instrucciones de la Palabra, es disponerlos delante de Dios como para solicitar su aprobación.
Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean rectos. No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal
(Proverbios 4:26-27).
¡Desgraciadamente el pueblo no sigue el ejemplo de ese rey fiel! Continúa corrompiéndose (v. 2). El tiempo de Jotam no corresponde, pues, a un despertar como el que el Espíritu de Dios producirá bajo los reinados de Ezequías y Josías.
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"