Mientras Joiada vivía para dirigir a Joás, todo hacía pensar que él sería uno de los mejores reyes. Pero la muerte del sumo sacerdote da a su vida un giro fatal. ¿Cómo explicarlo? En lugar de apoyarse directamente en Dios –lo que es propio de la fe– Joás descansaba en su padre adoptivo, y cuando este faltó, su fidelidad se derrumbó. No tenía una fe personal.
No se engañen, jóvenes lectores que tienen padres cristianos: la educación, las buenas costumbres, las más venturosas disposiciones, todas estas cosas no son fe. Y la fe de sus padres tampoco es la fe de ustedes. Una vez que ellos se hayan ido, a ustedes, ¿les quedará el Señor?
Vienen los príncipes del pueblo y halagan a Joás.
Y el rey los oyó
(v. 17; Proverbios 29:12).
¿Qué hace bajo su influencia? Hechos que nos hacen estremecer: ordena el homicidio del hijo de su bienhechor. El Señor recuerda a los fariseos hipócritas la muerte de Zacarías (cuyo nombre significa: aquel de quien Jehová se acuerda) en el momento en que están a punto de cometer un crimen aún más horrible (comp. Mateo 23:34-35; véase también Mateo 21:35-39).
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"