A veces Dios responde inmediatamente a las oraciones de los suyos. En el capítulo 9:21 su palabra llega a Daniel mientras está orando. Otras veces, al contrario, como en este capítulo, retarda su intervención para poner a prueba la realidad de nuestros deseos y la perseverancia de nuestra fe. Pero, si a veces debemos orar mucho tiempo antes de recibir respuesta, nunca concluyamos que Dios no escucha (1 Juan 5:15). Afirma a Daniel que su oración fue oída “desde el primer día”.
Este versículo 12 nos revela el estado moral agradable a Dios, el cual, por decirlo así, es la llave de las comunicaciones con el cielo. Recordemos el secreto de Daniel: disponía su corazón para entender y para humillarse.
Al comparar la visión de los versículos 5 y 6 con la del apóstol Juan en Patmos (Apocalipsis 1:13-16), comprendemos que Aquel que aparece aquí con los atributos de la soberana justicia solo puede ser el Mesías quitado (cap. 9:26), el que también será glorificado. En tal presencia, el más piadoso de los hombres es presa de un mortal pavor. Para ser el canal de las revelaciones divinas es necesario que primeramente la muerte haya operado en nosotros (2 Corintios 4:12). Pero la misma palabra de gracia viene a tranquilizar a Daniel y más tarde a Juan: “No temas”. “Muy amado no temas” (v. 12, 19).
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"