S. Marcos » Capítulo 6

Version Reina Valera 1960

Pláticas sencillas
Marcos: Jesús en Nazaret
Marcos 6:1-6

Cada Día las Escrituras
Rechazo en Nazaret – Servicio encomendado a los doce
Marcos 6:1-13

Pláticas sencillas
Marcos: El envío de los doce discípulos
Marcos 6:7-13

Cada Día las Escrituras
Una conciencia cargada – Una fiesta y sus consecuencias
Marcos 6:14-29

Pláticas sencillas
Marcos: Herodes y Juan el bautista
Marcos 6:14-29

Cada Día las Escrituras
Regreso de los discípulos – Una multitud saciada
Marcos 6:30-44

Pláticas sencillas
Marcos: El regreso de los apóstoles
Marcos 6:30-33

Pláticas sencillas
Marcos: La primera multiplicación de los panes
Marcos 6:34-44

Pláticas sencillas
Marcos: Una nueva travesía
Marcos 6:45-56

Cada Día las Escrituras
La fe puesta a prueba en la tormenta
Marcos 6:45-56

1Salió Jesús de allí y vino a su tierra, y le seguían sus discípulos.

2Y llegado el día de reposo, 1 comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, se admiraban, y decían: ¿De dónde tiene éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son hechos?3¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de él.4Mas Jesús les decía: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, 2 y entre sus parientes, y en su casa.5Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos.6Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor, enseñando.7Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos.

8Y les mandó 3 que no llevasen nada para el camino, sino solamente bordón; ni alforja, ni pan, ni dinero en el cinto,9sino que calzasen sandalias, y no vistiesen dos túnicas.10Y les dijo: Dondequiera que entréis en una casa, posad en ella hasta que salgáis de aquel lugar.11Y si en algún lugar no os recibieren ni os oyeren, salid de allí, y sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies, para testimonio a ellos. 4 De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para los de Sodoma y Gomorra, que para aquella ciudad.12Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen.13Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban. 5 14Oyó el rey Herodes la fama de Jesús, porque su nombre se había hecho notorio; y dijo: Juan el Bautista ha resucitado de los muertos, y por eso actúan en él estos poderes.

15Otros decían: Es Elías. Y otros decían: Es un profeta, o alguno de los profetas. 6 16Al oír esto Herodes, dijo: Éste es Juan, el que yo decapité, que ha resucitado de los muertos.17Porque el mismo Herodes había enviado y prendido a Juan, y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; pues la había tomado por mujer.18Porque Juan decía a Herodes: No te es lícito tener la mujer de tu hermano. 7 19Pero Herodías le acechaba, y deseaba matarle, y no podía;20porque Herodes temía a Juan, sabiendo que era varón justo y santo, y le guardaba a salvo; y oyéndole, se quedaba muy perplejo, pero le escuchaba de buena gana.21Pero venido un día oportuno, en que Herodes, en la fiesta de su cumpleaños, daba una cena a sus príncipes y tribunos y a los principales de Galilea,22entrando la hija de Herodías, danzó, y agradó a Herodes y a los que estaban con él a la mesa; y el rey dijo a la muchacha: Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré.23Y le juró: Todo lo que me pidas te daré, hasta la mitad de mi reino.24Saliendo ella, dijo a su madre: ¿Qué pediré? Y ella le dijo: La cabeza de Juan el Bautista.25Entonces ella entró prontamente al rey, y pidió diciendo: Quiero que ahora mismo me des en un plato la cabeza de Juan el Bautista.26Y el rey se entristeció mucho; pero a causa del juramento, y de los que estaban con él a la mesa, no quiso desecharla.27Y en seguida el rey, enviando a uno de la guardia, mandó que fuese traída la cabeza de Juan.28El guarda fue, le decapitó en la cárcel, y trajo su cabeza en un plato y la dio a la muchacha, y la muchacha la dio a su madre.29Cuando oyeron esto sus discípulos, vinieron y tomaron su cuerpo, y lo pusieron en un sepulcro.30Entonces los apóstoles se juntaron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo que habían enseñado.

31Él les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer.32Y se fueron solos en una barca a un lugar desierto.33Pero muchos los vieron ir, y le reconocieron; y muchos fueron allá a pie desde las ciudades, y llegaron antes que ellos, y se juntaron a él.34Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; 8 y comenzó a enseñarles muchas cosas.35Cuando ya era muy avanzada la hora, sus discípulos se acercaron a él, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya muy avanzada.36Despídelos para que vayan a los campos y aldeas de alrededor, y compren pan, pues no tienen qué comer.37Respondiendo él, les dijo: Dadles vosotros de comer. Ellos le dijeron: ¿Que vayamos y compremos pan por doscientos denarios, y les demos de comer?38Él les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Id y vedlo. Y al saberlo, dijeron: Cinco, y dos peces.39Y les mandó que hiciesen recostar a todos por grupos sobre la hierba verde.40Y se recostaron por grupos, de ciento en ciento, y de cincuenta en cincuenta.41Entonces tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió los panes, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y repartió los dos peces entre todos.42Y comieron todos, y se saciaron.43Y recogieron de los pedazos doce cestas llenas, y de lo que sobró de los peces.44Y los que comieron eran cinco mil hombres.45En seguida hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a Betsaida, en la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud.

46Y después que los hubo despedido, se fue al monte a orar;47y al venir la noche, la barca estaba en medio del mar, y él solo en tierra.48Y viéndoles remar con gran fatiga, porque el viento les era contrario, cerca de la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, y quería adelantárseles.49Viéndole ellos andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma, y gritaron;50porque todos le veían, y se turbaron. Pero en seguida habló con ellos, y les dijo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!51Y subió a ellos en la barca, y se calmó el viento; y ellos se asombraron en gran manera, y se maravillaban.52Porque aún no habían entendido lo de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus corazones.53Terminada la travesía, vinieron a tierra de Genesaret, y arribaron a la orilla.

54Y saliendo ellos de la barca, en seguida la gente le conoció.55Y recorriendo toda la tierra de alrededor, comenzaron a traer de todas partes enfermos en lechos, a donde oían que estaba.56Y dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les dejase tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que le tocaban quedaban sanos.
  • 1Aquí equivale a sábado.
  • 2Jn. 4.44.
  • 3Lc. 10.4–11.
  • 4Hch. 13.51.
  • 5Stg. 5.14.
  • 6Mt. 16.14; Mr. 8.28; Lc. 9.19.
  • 7Lc. 3.19–20.
  • 81 R. 22.17; 2 Cr. 18.16; Zac. 10.2; Mt. 9.36.