¡Nueva etapa en la vida de Jacob! Mientras está en camino sobrevienen simultáneamente el nacimiento de Benjamín y la muerte de Raquel. El camino del cristiano también está sembrado de alegrías y tristezas. Como Jacob, puede «erigir pilares» (v. 14, 20).
Cada uno de los dos nombres dados al niño nos habla del Señor Jesús. Benoni, hijo de mi tristeza, es el nombre de Aquel sobre quien Israel se afligirá “como quien se aflige por el primogénito” (Zacarías 12:10), de aquel que fue afligido en la tierra, un hombre de dolores, sometido al sufrimiento. Pero, al mismo tiempo, es el verdadero Benjamín, el Hijo de la diestra del Padre, a quien Dios dijo: “Siéntate a mi diestra” (Salmo 110:1; varias veces citado en el Nuevo Testamento). Los dos nombres son inseparables, llevados por la misma persona. Nos recuerdan que los sufrimientos y las glorias de Cristo no pueden ser disociados (1 Pedro 1:11).
Otro nombre en nuestra lectura nos hace pensar en Jesús: Belén (v. 19), donde nacerá el Salvador. El sepulcro de Raquel se erige ahí, lugar de lágrimas mencionado al principio del evangelio de Mateo (cap. 2:18), pero también lugar donde será anunciado el tema de gozo más grande de todos los tiempos (Lucas 2:10).
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"