Ezequías purifica el templo

2 Crónicas 29:1-19

Aunque las Crónicas no lo mencionan, llegamos al momento en que Jehová acaba de transportar en cautiverio a las diez tribus de Israel, por medio del rey de Asiria. Acaz brindó a Dios todos los motivos para que hiciera otro tanto con el reino de Judá. Pero la gracia tiene todavía un recurso que nada dejaba prever. Es un rey fiel: Ezequías. La providencia de Dios lo hizo escapar de los horribles sacrificios de niños a Moloc, de los cuales sus hermanos fueron víctimas (cap. 28:3; 2 Reyes 16:3; 23:10). Es

Un tizón arrebatado del incendio
(Zacarías 3:2).

¡Cuánto debió sufrir este joven bajo el infame reinado de su padre! Apenas ocupa el trono, sin perder un solo día, con la ayuda de los sacerdotes y los levitas designados por sus nombres, emprende la obra de purificación, que comienza el primer día, del primer mes, del primer año (v. 3, 17).

Queridos amigos, comiencen sin tardar la puesta en orden de su corazón, si no lo han hecho todavía. Abran de par en par las puertas a Aquel que quiere penetrar en él. Echen fuera la inmundicia tolerada bajo el precedente reinado del príncipe de las tinieblas. Santifiquen su corazón para Jesucristo. Él quiere morar en él, desde hoy y para siempre.

Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"