Cuando se ha demostrado la incapacidad del hombre, para Dios ha llegado el momento de manifestarse. Cuando se ha establecido que “no es este el lugar de reposo”, Jehová puede hablarnos de su propio reposo. Hoy en día se despliegan muchos esfuerzos a favor de la paz. En el mejor de los casos son el resultado de una ilusión tan ingenua como generosa; en el peor, de una culpable confianza en el hombre, y siempre de la ignorancia de la Palabra de Dios. Por eso tales esfuerzos están finalmente destinados al fracaso. El mundo gozará de la paz solo cuando Dios se la haya dado. ¿Y cuándo lo hará? No antes que hayan sido reconocidos sus derechos. Pero entonces, ¡qué cambio! Todos los ídolos serán barridos. La admiración por las obras del hombre dejará lugar a la gloria tributada a Dios. A un mismo impulso todos los pueblos le rendirán homenaje y buscarán junto a él la sabiduría y el conocimiento. Creyentes, tenemos el privilegio de hacerlo desde ahora.
“Subamos” a ese lugar en el cual el Señor prometió su presencia.
Él “nos enseñará en sus caminos”, se agrega. ¡Qué pérdida resulta si descuidamos las reuniones en las que la Palabra es explicada y meditada! Pero no olvidemos lo que debe seguir a ello: “y andaremos por sus veredas” (v. 2; Santiago 1:22).
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"