El bien se identifica con Dios (Salmo 4:6). “Buscad lo bueno… para que viváis” (v. 14) corresponde a: “Buscad a Jehová, y vivid” (v. 6). Sin embargo, para buscar el bien es necesario amarlo, lo mismo que se huirá del mal en la medida en que se tenga horror de él (v. 15; Romanos 12:9). Pero, dirá alguien, no siempre es fácil distinguir el bien del mal. Sin duda, y la moral humana poco nos ayudará, ya que solo puede comparar al hombre con el hombre.
El único guía seguro es la Palabra de nuestro Dios.
Como esas multitudes cristianas que repiten: “Venga tu reino” y convocan así el día de su juicio, algunos deseaban el día de Jehová… sin darse cuenta de que significaría su desdicha. Multiplicaban las formas religiosas: fiestas, ofrendas, solemnes asambleas, ¡imaginándose que así ocultaban a Dios su verdadero estado! “Quita de delante de mí… el estruendo de tus cánticos” (v. 23, V. M.) responde el Señor severamente… ¡Ay! cuántos cánticos y oraciones solo son para Dios un vano ruido. No olvidemos que él reclama “la verdad en lo íntimo” (Salmo 51:6).
Esteban citará los versículos 25 a 27 a los principales de los judíos para hacerles tomar conciencia de la antigüedad y gravedad de su pecado (Hechos 7:42-43).
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"