En otros tiempos, cuando Jehová enviaba sus plagas a Egipto, ponía a Israel a cubierto de ellas (Éxodo 8:22; 9:6-7, 26; 10:23; 12:12-13). ¡Qué «cambio radical», también en el sentido moral! (v. 11). Aquí le vemos obligado a castigar a su propio pueblo tal como a Egipto (v. 10). Hambre, sequía, plagas, epidemias, terremoto: cinco calamidades se suceden con el fin de hablar a la conciencia de esta nación rebelde. ¡Ay! el triste refrán se repite cinco veces: “mas no os volvisteis a mí, dice Jehová” (v. 6, 8-11). ¡No les arrojemos la piedra! Para con nosotros ¿no emplea el Señor la misma paciencia? Si a menudo recurre a medios que nos son penosos, siempre nos salva “como tizón escapado del fuego” (comp. Zacarías 3:2). ¿Nos hemos vuelto a él? Porque tarde o temprano será necesario encontrar a Dios. Si no es ahora en gracia, acudiendo al Señor con un corazón arrepentido, será él quien visitará al pecador en juicio (Lucas 12:58-59). “Prepárate para venir al encuentro de tu Dios”.
Hoy en día, ¿cuál es para todo hombre la única manera de prepararse para ese solemne encuentro? Confesar sus pecados y aceptar el perdón que Jesús otorga gratuitamente. ¿Lo ha hecho cada uno de nosotros?
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"