Comparemos el versículo 20 con el 29. El pueblo y el corazón del rey tienen una dimensión común: son como la arena que está a la orilla del mar. Dicho de otro modo, Dios da a su ungido un corazón bastante grande como para contener y amar al gran pueblo que ahora está a su cargo. Asimismo, el amor del Señor está a medida del número de los que le pertenecen, y no es superado por su multitud. La cruz fue la prueba de ello. Querido lector creyente, el Señor le ama tanto como si usted fuese su único redimido. Nunca terminaremos de conocer y comprender
El amor de Cristo, que excede a todo conocimiento
(Efesios 3:18-19).
Esta hermosa prefiguración del reinado milenario de Cristo evoca el reposo del cual finalmente gustará la creación, después de haber gemido tanto tiempo bajo “la esclavitud de corrupción” (Romanos 8:19-22). Salomón habló de animales, aves, reptiles y peces. Cristo, “el Hijo del hombre” según el Salmo 8, coronado “de gloria y de honra”, dominará sobre todas las obras de Dios: “Ovejas y bueyes, todo ello, y asimismo las bestias del campo, las aves de los cielos y los peces del mar… ¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán grande es tu nombre en toda la tierra!” (Salmo 8:7-9).
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"