Si esta noche el Señor nos propusiera como a Salomón: “Pide lo que quieras que yo te dé”, ¿qué le contestaríamos? No es seguro que cada uno tuviera como primer deseo recibir… “corazón entendido”. Fortuna, éxito, distracciones y viajes son los deseos de la mayoría de los jóvenes de este mundo. ¿Cuáles son los nuestros?
Un corazón entendido (o sea, un corazón inteligente, V. M.) es un pedido agradable a Dios y que siempre se le puede hacer.
Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente… y le será dada” (Santiago 1:5).
No se puede hacer esta oración si uno es sabio en su propia opinión (Proverbios 3:7). Pero Salomón no tiene una gran opinión de sí mismo; dice: “Yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir” (v. 7). Notemos que aquí es el corazón –y no la cabeza– el que debe escuchar y entender. El amor por el Señor es la llave de la verdadera inteligencia. Finalmente, consideremos a nuestro perfecto Modelo, que declara por medio del profeta: “Jehová el Señor… despertará mi oído para que oiga como los sabios” (Isaías 50:4).
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"