Después de haber puesto al creyente en guardia contra la impureza (cap. 6:13-20), el apóstol habla, en el capítulo 7, del camino que puede emprender con la aprobación del Señor: el del matrimonio. El joven creyente que ha cuidado su andar según la Palabra (Salmo 119:9) tendrá que seguir, más que nunca, contando con el Señor para esa decisión capital.
Luego leemos algunas instrucciones, ya sean dadas mediante la inspiración divina o por el apóstol como fruto de su experiencia, para ayudar a aquellos cuya situación matrimonial sea difícil, especialmente a un hermano o hermana que tenga su cónyuge incrédulo. Nótese bien que la exhortación del versículo 16 se dirige a un creyente ya casado en el momento de su conversión, y no a alguien que desobedecería a 2 Corintios 6:14.
Por precio fuisteis comprados,
repite el versículo 23 (cap. 6:20). Los sufrimientos que le hemos costado al Señor Jesús para rescatarnos del poder de Satanás y del mundo es el gran motivo para no volvernos a colocar bajo su dominio. Para servirle, el Señor quiere a hombres y mujeres libres, pero es Él quien escoge las condiciones en las que quiere que cada uno le sirva, es decir, país, medio ambiente, relaciones laborales, etc. Antes de decidir cualquier cambio, ¡estemos seguros de que es según Su voluntad!
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"