Dios anunció que se serviría de Ciro para cumplir su propósito (volver a leer cap. 44:28). Ese rey, que debía poner fin al cautiverio del pueblo de Israel en Babilonia, es llamado por su nombre mucho antes del comienzo de ese cautiverio. La gracia divina tenía, por decirlo así, a ese «salvador» en reserva durante toda la duración del castigo. Bajo la forma de una revelación personal a Ciro, es para Dios la oportunidad de confirmar que, v. 5:
No hay Dios sino Él solo
(comp. 1 Corintios 8:4-6; Efesios 4:6).
Dios no solo se ha dado a conocer a los judíos sino también a las naciones de las cuales formamos parte. Mucho antes de nuestro nacimiento, antes del origen del mundo, desde los tiempos eternos, el nombre del lector y el mío han estado en su pensamiento. También se proponía cumplir mediante nosotros “todo lo que quería” en el momento conveniente… que es el momento presente (Efesios 3:8-10). ¿Respondemos, cada uno en su lugar y en su medida, a lo que Dios aguarda de nosotros? (comp. Hechos 13:36 en lo que concierne a David).
Los versículos 9 y 10, en los cuales ciertamente pensó el apóstol al escribir el pasaje de Romanos 9:20, señalan la locura de los que altercan con ese Dios creador y soberano.
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"