
El hogar cristiano
El hogar fue establecido por Dios, y fue Su designio para la humanidad. Cuando Dios hizo a Adán y a Eva y los unió en santo matrimonio, mandándoles que fructificaran y se multiplicaran y que llenaran la tierra, instituyó la primera familia y el primer hogar (Génesis 1:27-28). Toda la estructura social humana descansa sobre la unidad de la familia. Y el hogar, la morada de la familia, bien sea una choza o una mansión, es la fortificación o el refugio de la comunidad. De ahí a que se diga con frecuencia: «El hogar es el baluarte de la nación». Sobre él descansa todo el edificio de la civilización. Si él desaparece, desaparece la nación, porque la nación no es sino un conjunto de individuos unidos por una relación de familia. Es evidente, pues, la importancia del hogar y de la vida familiar conforme a los pensamientos de Dios.
Lepra en una casa – Cuando el carácter natural reaparece
Levítico 14:33-57 – Levítico 15:1-33
La lepra en la casa es imagen del pecado en la asamblea, o incluso en aquello que lleva el nombre de Iglesia, la cristiandad en general. El capítulo 15 prosigue con el tema de la contaminación.
Sacerdocio santo y sacerdocio real
1 Pedro 2:1-12
Si somos un sacerdocio santo, es para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios.
Una conciencia incómoda en la presencia de Dios
Génesis 28:1-22
Jacob abandona la casa paterna, pero Dios le hará conocer Su propia casa. En medio de las dificultades y lejos de la seguridad que brinda el techo familiar, es cuando a veces se presenta la ocasión de encontrar al Señor.