Capitulo 4
Hechos 4
El adversario no puede impedir la obra de Dios
Hechos 4:1-22
... Una obra tan poderosa no dejó de provocar la oposición de Satanás. Sus instrumentos nos son conocidos: Anás, Caifás, los sacerdotes, los ancianos y los escribas, en resumen: los principales responsables de la condenación del Señor. Si hubiesen sido condescendientes con los discípulos, tácitamente hubieran confesado su injusticia crucificando al Maestro; mas el orgullo se lo impedía. Por lo tanto perseveraron en su odio contra el nombre de Jesús. Y de ahí en adelante el mismo Señor sería la piedra ...
La comparecencia de Pedro y Juan
Hechos 4:5-12
... Al día siguiente, un imponente grupo de dignatarios del pueblo judío, compuesto por jefes, ancianos y escribas, se reunió en Jerusalén. Allí estaban Anás, sumo sacerdote, su yerno Caifás, quien estaba en funciones en el momento de la muerte de Jesús, Juan y Alejandro, probablemente hijos de Anás, y todos los del linaje de los sumos sacerdotes. Después de hacer comparecer a Pedro y a Juan, les preguntaron: “¿Con qué potestad, o en qué nombre, habéis hecho vosotros esto?” Pedro ...
La confusión del concilio
Hechos 4:13-22
... “Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús” (v. 13). Estos jefes religiosos, asombrados por lo que llamaban el denuedo de Pedro y de Juan, y que no era otra cosa que el poder de sus palabras bajo la acción del Espíritu Santo, comprobaron el hecho sin saber su causa. Si hubiesen sido hombres instruidos, se habría atribuido ...
La intervención de los jefes religiosos
Hechos 4:1-4
... La curación del lisiado y el discurso de Pedro no tardaron en llamar la atención de las autoridades religiosas. Es la primera vez que las vemos en contacto con los apóstoles, o más bien con el poder del Espíritu Santo. “Hablando ellos al pueblo, vinieron sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos, resentidos de que enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos” (v. 1-2). Dos ...
La oración de los discípulos
Hechos 4:23-31
... “Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho” (v. 23). Todavía hoy, Dios nos concede el gran favor de tener a “los nuestros”, aquellos con quienes compartimos los mismos pensamientos, porque poseemos la misma vida, al mismo Objeto, la misma experiencia, y la misma Palabra que nos enseña. Estamos fuera del mundo y de todo lo que lo caracteriza. Los creyentes debemos andar juntos, buscarnos ...
Los efectos de la Palabra
Hechos 4:32-37
... “La multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común” (v. 32). Se cumplió lo que el Señor había pedido a su Padre en la oración de Juan 17, al hablar de los que creerían por la palabra de sus enviados: Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti ...
Una oración unánime – Comunión práctica
Hechos 4:23-37
... Pedro y Juan volvieron a encontrarse con los demás discípulos, “los suyos”, como los llama el texto sagrado (v. 23), y les contaron lo que habían dicho los jefes del pueblo. Entonces, en vez de ponerse a deliberar sobre la conducta a seguir, emplearon su común recurso: la oración (véase cap. 6:4; 12:5, 12; 14:23). En ella mencionaron la rebeldía de los judíos y de las naciones contra Dios y contra su santo Hijo Jesús, reconociendo en ...