Lenguaje simbólico del Apocalipsis

Asiento del gobierno justo, del juicio y de la providencia de Dios (1).

(1) Salmos 9:7; 89:14; 97:2. Proverbios 20:28. Isaías 6:1; 16:5.

Muy probablemente diamante o brillante, la más hermosa de las piedras preciosas. La última en Éxodo 28:17, la primera en Apocalipsis 21:19. Representa la gloria de Dios y su carácter revelados, hechos visibles para la criatura. En el cap. 21 el jaspe significa la gloria de Dios como luz, poder y seguridad de la nueva Jerusalén (2).

(2) Apocalipsis 21:11, 18, 19.

 En otro lugar llamado rubí, piedra preciosa de color de sangre (rubí oriental); con el brillante son las dos piedras más bellas.

La primera y la última piedra del racional, formando como el Alfa y la Omega de la gloria divina. La sangre, punto de partida de esta gloria que concluye con su plena manifestación en el gobierno de Dios (3).

(3) Éxodo 28:17, 20; 39:13.

En Apocalipsis 4, tiene en vista la gloria de Dios para gobernar.

Arco iris: señal del pacto perpetuo de Dios con la creación, en gracia, para no destruir más por el diluvio (4). Esmeralda: piedra preciosa que tiene el color verde del follaje y de la hierba. Así que el trono del gobierno está unido al pacto que pone a la creación al abrigo del mal y la bendice (5).

(4) Génesis 9:8-17. Ezequiel 1:28.

(5) Proverbios 20:28. Isaías 16:5.

Autoridad real y gubernativa conferida a otros y asociada al trono central, de acuerdo al carácter de este último (6).

(6) Apocalipsis 20:4.                                             

Veinticuatro es el número de clases del ministerio sacerdotal (7) en relación con el gobierno (8).

compañía sacerdotal completa (de todas las dispensaciones) de los rescatados glorificados en el cielo, la que tiene como caracteres la sabiduría y la madurez de inteligencia (9).

(7) 1 Crónicas 24:7-19.

(8) Zacarías 6:13.

(9) 1 Timoteo 3:1-7. 1 Pedro 5:1-4.

Ropas blancas – Pureza y santidad manifestadas como ornamento. Señala la dignidad personal.

Dignidad real asociada a la justicia divina (10).

(10) Salmo 21:3. Véase. 5:12.

Relámpagos

 Aparición inesperada y repentina de los juicios (11).

(11) Mateo 24:27. Salmos 18:14; 97:4; 144:6. Ezequiel 1:13. Nahum 2:4. Zacarías 9:14.     

Truenos

Majestad del gobierno manifestada de manera espantosa por la destrucción (12).

(12) 1 Samuel 2:10; 7:10.

 Potentes llamados de Dios que requieren ser oídos y a los cuales nada resiste (13). Las voces, acompañadas o no de palabras, están destinadas a llamar la atención de los hombres (14).

(13) Job 37:2. Salmos 29:3-9; 46:6; 68:33. Ezequiel 1:24.

(14) Hechos 13:27.

Siempre relacionadas en el Apocalipsis con la escena celestial y la majestad de ella (15); una vez con el carácter celestial de Aquel que habla (16).

(15) Apocalipsis 11:12; 12:10; 16:1, 17; 19:1; 21:3.

(16) Apocalipsis 1:10.  

Toque de atención universal respecto a un gran acontecimiento público (17).

(17) Apocalipsis 5:2, 11; 6:10; 7:2, 10; 8:13; 10:3; 14:7, 9, 15; 18:2; 19:17.

Los tres (relámpagos, truenos y voces) juntos: señales terribles de la majestad y del poderío divinos para juzgar (18).

(18) Éxodo 19:16; 20:18. Salmo 77:18. Isaías 29:6; 30:30. Apocalipsis 8:5; 11:19; 16:18.

Plenitud del Espíritu para manifestar todas las cosas delante de Dios y consumir lo que es incompatible con el trono. La perfección espiritual que caracteriza toda vía de Dios en el gobierno de este mundo (19).

(19) véase 1:4, 12.

En contraste con el agua y el lavacro de los pies en la fuente o mar de bronce (22). Pureza solidificada definitiva y perfecta, digna de la gloria de Dios (23), y que representa el carácter de los que participan de esta escena y entran en relación con el trono, como así también el carácter del camino que conduce allí, de una pureza inmutable, sin mezcla. Se puede transitar por él sin encontrar suciedad alguna. En el cap. 15:2 tenemos más bien el recuerdo de lo que ha sido hecho en favor de aquellos que están delante de Dios sobre ese mar.

(20) Apocalipsis 15:2.

(21) Ezequiel 1:22.

(22) Éxodo 30:17-21.

(23) Apocalipsis 22:1.

Atributos de Dios en ejercicio, desplegados y manifestados en el gobierno y el juicio terrenal. Los animales1  son los ejecutores de los juicios; tienen el carácter de los querubines de Ezequiel (24). Personalmente pueden ser ora ángeles, ora santos glorificados (25). Son las cabezas simbólicas de las cuatro partes de la creación (26), que representan asimismo el poder judicial de Dios en la creación, con sus cuatro atributos: el león, la fuerza del juicio (27); el becerro, su firmeza y su paciencia (28); el hombre, su inteligencia (29); el águila, su rapidez (30).

(24) Ezequiel 1:4-12; 10:5.        

(25) Apocalipsis 4:8-10; 5:8, 14.

(26) Génesis 2:20.

(27) Jueces 14:18. 2 Samuel 1:23.

(28) Proverbios 14:4. Ezequiel 1:7.

(29) Proverbios 20:27; 28:2

(30) 2 Samuel 1:23. Job 9:26.

Conocimiento exterior de las cosas futuras y pasadas a las cuales se aplica el gobierno del trono.

Percepción interior, perfectamente clara, de las cosas que les rodean (31).

(31) 2 Crónicas 16:9. Zacarías 3:9; 4:10. Ezequiel 10:12.

Carácter de los serafines de Isaías (32).

(32) Isaías 6:2-3.