Cántico de inauguración del reino

Salmos 117 – Salmos 118:1-14

Si gozamos personalmente del Señor (Salmo 116), invitaremos a otros a adorarle con nosotros. Así ocurrirá con Israel. Otrora tan celoso de sus privilegios, lleno de desprecio hacia las naciones, él mismo las invitará a la alabanza universal (v. 1; Romanos 10:19; 15:11).

La misericordia y la verdad de Dios de nuevo son nombradas juntas (v. 2; Salmo 108:4; 115:1). Son la doble manifestación de los esenciales caracteres de Dios para con los hombres: amor y luz. ¡Qué inagotable tema de adoración contiene, pues, ese precioso pequeño salmo (que viene a ser el capítulo central de la Biblia)!

En el Salmo 118, la misericordia de Jehová es el tema de la alabanza. Rodeado y amenazado por el mundo entero, Israel hará la experiencia de que el socorro del hombre y de dignatarios es vano (v. 8-9; Salmo 108:12). El nombre de Jehová será su única salvaguardia. En cuanto a nosotros, lo que nos amenaza, por desdicha, son esencialmente las concupiscencias de nuestros pobres corazones (Santiago 1:14). Muchas veces hemos estado a punto de caer, pero Dios nos ha ayudado; libró nuestros “pies de resbalar” (v. 13; Salmo 116:8). Y el hombre no podrá hacer nada contra nosotros (v. 6) ni por nosotros (v. 8), pues el Señor es nuestra fortaleza (v. 14).

Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"