Para enseñar

Salmos 60

Al leer la gloriosa página de las victorias de David sobre los sirios y los edomitas en 2 Samuel 8 y 1 Crónicas 18, ¿quién habría pensado que en esa oportunidad Israel y su rey hubiesen pasado por angustia tan grande como la descrita en los versículos 1-3 y 10-11? La victoria del creyente a menudo es precedida de penosas luchas interiores que solo el Señor conoce. Y una parte del botín conquistado en esas luchas consiste en las lecciones que, al mismo tiempo, Dios nos da a entender en lo secreto del corazón. Este es el sentido en que podemos comprender la expresión: “somos más que vencedores” de la epístola a los Romanos (cap. 8:37). Como lo vemos en el título, este salmo fue escrito especialmente “para enseñar”. David ha aprendido –y nos lo recuerda– que “vana es la ayuda de los hombres” (comp. Salmo 146:3) y que “en Dios haremos proezas”.

Has dado a los que te temen bandera que alcen por causa de la verdad (v.4)

Mantengamos en alto y con mano firme esa bandera de la verdad. Los precedentes salmos  nos presentaban las relaciones individuales del alma con Dios; aquí se trata de ejercicios comunes a todo el pueblo. Jamás perdamos de vista la unidad de los redimidos del Señor, su carácter de “amados” (v. 5) y el testimonio colectivo que están llamados a dar.

Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras