Dios es Rey

Salmos 47

Este salmo expresa el gozo que llenará el corazón de los fieles cuando, después de los juicios mencionados en el Salmo 46, Cristo establezca su reinado. Israel tendrá una posición preeminente sobre todos los pueblos y les enseñará a cantar a Dios, a cantar sus glorias y su supremacía (v. 3, 6; Isaías 2:2-3). Una vez restablecidas las relaciones del pueblo de Dios, notamos que el nombre de Jehová reaparece, como ya ocurre en los versículos 7 y 11 del Salmo 46. Es Cristo quien, finalmente reconocido, toma su título de “Rey grande sobre la tierra” (Zacarías 14:9). Con esto comprendemos por qué nosotros, los cristianos, no llamamos a Jesús nuestro rey. Somos ciudadanos del cielo y no súbditos del reino terrenal. Cristo no reinará sobre la Asamblea, sino con ella; esta estará en la misma posición que una reina al lado del rey su esposo.

¿Cómo no cantaremos nosotros, quienes no solo tenemos que celebrar “al soberano de los reyes de la tierra” (Apocalipsis 1:5), sino a nuestro divino Salvador, un Señor resucitado, al celestial Esposo que ama a su Asamblea y la viene a buscar? ¡Cuántas glorias reunidas en la misma Persona, maravillosas glorias que actualmente deberían llenar nuestras bocas y nuestros corazones del eterno cántico de los verdaderos adoradores!

Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"