Energía – Pereza

Josué 17:1-18

Manasés recibe su parte y en seguida vuelven a hacer acto de presencia las cinco hijas de Zelofehad con su hermosa tenacidad. Apoyándose en el mandamiento que Moisés recibió de Jehová, reivindican la herencia largamente esperada. La mitad de su tribu había optado por el otro lado del Jordán, pero a ellas ni se les ocurre semejante cosa. Su herencia se halla en Canaán, en medio de sus hermanos. Y ya que hablamos de esto, es bueno recordar que aunque las mujeres cristianas no son llamadas a ciertos servicios públicos, tales como la predicación, su parte celestial, su disfrute de las bendiciones celestiales no son inferiores a las de sus hermanos.

De modo general, observemos con qué cuidado Jehová dibuja los límites de cada tribu. Una tras otra, cada una recibe su porción, primero con la indicación del contorno y luego con la relación de las ciudades que se hallan dentro de la misma. Dios espera de los suyos, en cambio, diligencia para apropiárselas. Ahora bien, ¡veamos a Efraín! El monte que le corresponde no le gusta; le exige demasiados esfuerzos. Reclama otra porción, no por fe sino por pereza. ¡Cuántas pérdidas sufrimos, como esta tribu, por falta de energía, especialmente en el campo de la oración!, porción que siempre nos es atribuida (Santiago 4:2).

Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"