El libro de Job es completamente diferente de los que lo preceden. Primeramente es un libro poético, por lo menos en su mayor parte. En segundo lugar, es muy antiguo. Finalmente, sus personajes son escogidos fuera del pueblo de Israel. Estos dos últimos caracteres subrayan cuán importante es la instrucción de ese libro! Tan antigua como la historia del hombre, esta lección concierne no solamente a la familia de Abraham, sino a toda criatura. Pidamos a Dios que nos la enseñe al mismo tiempo que a Job.
«No era útil hacernos un largo relato de la prosperidad de Job; el Espíritu Santo, en cambio, nos da a conocer detalladamente todo lo que sucedió durante sus pruebas. Valía la pena contarlo, pues a los hijos de Dios les será provechoso hasta el final de los tiempos» (J. N. D.).
Los cinco primeros versículos nos muestran quién es ese hombre, lo que posee y lo que hace por los suyos. Los siguientes nos revelan lo que acontece en el cielo en relación con él. El temible Acusador (Satanás) entra en escena (Apocalipsis 12:10). Pero notemos dos cosas tranquilizadoras: 1) Dios es quien emprende primero la acción; 2) El permiso que Él concede a Satanás es rigurosamente limitado. Finalmente, no olvidemos la preciosa pregunta:
¿Quién acusará a los escogidos de Dios?
(Romanos 8:33)
ni tampoco el versículo 28 del mismo capítulo. Vamos a ver cómo “todas las cosas” (las pruebas después de la prosperidad) van a ayudar juntamente a bien al que teme a Dios.
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"