Este capítulo 6, consagrado a los hijos de Leví y a los sacerdotes hijos de Aarón, está relacionado con el capítulo 3, en el cual hallamos a los reyes. ¡Se trata de familias privilegiadas en Israel! Pero, en el actual pueblo de Dios, esas funciones son la parte de cada creyente. El apóstol Pedro nos lo recuerda:
Vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio… para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó
(1 Pedro 2:9; véase también Apocalipsis 1:6).
Expresar al Señor nuestra alabanza y anunciar sus virtudes es el doble servicio del creyente. Los levitas nos hacen pensar en ello. Unos estaban encargados del canto (v. 31-33). Otros servían en la casa de Dios bajo la dirección de Aarón y sus hijos (v. 48-49).
Luego, en los capítulos 7 y 8, encontramos las genealogías de Isacar, Benjamín, Neftalí, la otra mitad de la tribu de Manasés y, finalmente, Efraín y Aser. Notemos el descuido de Neftalí, tribu tan despreocupada por sus privilegios, que toda su historia solo da tema para un breve versículo en el libro de Dios (cap. 7:13). Cómo no subrayar el interés que deberíamos tener por la historia de la Iglesia, al acordarnos de los que fueron fieles conductores. Porque, espiritualmente, en gran parte somos sus responsables herederos.
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"